La Cámara de Representantes de Colombia aprobó este martes un proyecto de ley que prohíbe el uso del asbesto en toda su cadena de producción desde el primero de enero de 2021, informó la congresista Nadia Blel, autora de la iniciativa.

"Agradecemos a la Cámara de Representantes haber rodeado este proyecto y llegar a un consenso con el que se logra garantizar a las próximas generaciones un país libre de este enemigo silencioso", manifestó Blel.

Para que se convierta en ley, deberá ser conciliada entre el Senado y Cámara de Representantes para que limen las escasas diferencias entre lo aprobado en ambas entidades antes del 20 de junio, fecha en la que termina la agenda legislativa del Congreso, y luego pasará a sanción presidencial.

"Después de tantos años de lucha, el Congreso atendió el llamado a la vida por encima de los intereses comerciales. Este es un triunfo para las familias de las víctimas del asbesto, pero sobre todo es un triunfo para los colombianos", agregó Blel.

La ley lleva el nombre de Ana Cecilia Niño, una abanderada de la lucha contra el uso de este mineral y que falleció por un cáncer en enero de 2017 a los 42 años.

En lo aprobado por la Cámara, agregó Blel, se estableció la prohibición de la explotación, distribución, comercialización y exportación del asbesto en todo el país, así como la creación de un "Plan de adaptación laboral".

Con ello, el Gobierno tendrá que garantizar a los empleados de las compañías que trabajan en la industria del asbesto "la continuidad del derecho al trabajo y el seguimiento a sus condiciones de salud por medio de programas de formación, capacitación y fortalecimiento empresarial en actividades diferentes a la minería de asbesto".

El pasado 24 de mayo, el departamento de Boyacá (centro) se convirtió en el primero de Colombia en prohibir el uso del asbesto en la contratación pública, con lo que espera reducir en un 80 % el empleo de ese material cancerígeno en la ejecución de obras.

El asbesto es un mineral fibroso utilizado principalmente en la fabricación de tejas, baldosas, papel, en los frenos de los vehículos, materias textiles termorresistentes, envases, paquetería, revestimientos y pinturas, entre otros.

La exposición a este material aumenta las posibilidades de sufrir cáncer de pulmón, hígado, laringe y gastrointestinal y sus efectos pueden perdurar en el cuerpo entre 20 y 30 años.

EFE